Por qué NO debes usar el tiempo fuera para corregir a los niños

Hace unos años las mamás le llamaban, “el rincón”. Ahora evolucionó al time out o tiempo fuera. Se supone que es una variante más flexible para corregir el comportamiento de los niños. La idea es poner pausa de cinco minutos para que el niño “reflexione”. Sin embargo, muchos expertos no están de acuerdo con su aplicación. ¿Por qué no deberías usar el tiempo fuera en tus hijos?

¿Qué es el tiempo fuera?

El tiempo fuera se define, según el Centro de Prevención y Control de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés), como una técnica de modificación de comportamiento en niños. Se trata de aplicar un aislamiento, un minuto por año de vida del pequeño, sin exceder los diez minutos. Debe ser aplicado después de realizada la conducta y hay cuatro variantes:

  • Tiempo fuera de aislamiento: Mandar al niño a un lugar a solas
  • Tiempo fuera de exclusión: Permanece en el lugar pero se le niega acceso a las actividades familiares. Se le puede tapar los ojos, por ejemplo.
  • Tiempo fuera de no exclusión: Puede permanecer en el lugar, sin acceder al vínculo social, mientras presencia cómo otros interactúan entre sí.
  • Tiempo fuera autoimpuesto: Muy útil para los papás. Se someten a un tiempo fuera a fin de evitar confrontaciones.

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Por qué NO debes aplicar el tiempo fuera con los niños

Aunque muchas mamás y muchos papás están retomando la técnica del tiempo fuera, expertos dicen que no es recomendable.

Alejandra Velasco, experta en crianza infantil, autora de libros como ¡Ayuda, tengo hijos! y El lenguaje del cariño entre padres e hijos, pone un ejemplo:

“Está tu hija viendo las princesas en la televisión y llega tu niño y le quita el control para cambiarle de canal. Obviamente empiezan a pelear por el control. Entonces, ¿qué haces? Llegas como mamá y le dices: ‘Niños, alto, tiempo fuera’. Mandas al niño a un espacio separado y a la niña a otro. Apagas la televisión y los dos tienen la consecuencia”.

De acuerdo con la experta el problema en este caso específico es que se aplicó el tiempo fuera a los dos, sin investigar. “Quizá el niño que vino a pelear con la hermana sí necesitaba la consecuencia porque era el espacio de la niña, pero aplicaste la medida a ambos”.

El problema con el tiempo fuera, dice Velasco, es que corta la comunicación: “A mí se me imagina como cuando ponían a los niños en la escuela en el rincón con orejas de burro. Se me hace ridículo cuando dicen, tiene tres años, tres minutos, un minuto por año. ¿Tú crees que el niño va a reflexionar en ese tiempo?”

Al no resolver el conflicto y solo separarlos, en vez de que sea un tiempo de reflexión, el cual todavía no es del completo entendimiento de los niños, solo traerá enojo.

“Los niños solo se quedan con el coraje y el resentimiento. Hay veces que los mandan castigados al cuarto y luego en la noche quieren que se duerman en ese lugar que fue el castigo”.

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¿Qué alternativas hay para corregir a los niños?

La palabra clave, indica la especialista, es aplicar herramientas de resolución de conflictos.

“Con el tiempo fuera ambos se frustran, quedan molestos. ¿Acaso no es mejor preguntar qué pasa antes? El tiemp0 fuera es un enfoque autoritario, la mamá ejerce su autoridad e impone el castigo. ¿Escuchaste a tus hijos? ¿Viste qué es lo que pasaba? Tú crees que tu niño de cinco años va a reflexionar si lo aíslas 5 minutos?

“Hay que enseñar a los niños habilidades de resolución. Preguntar a ambos sus argumentos. ‘A ver qué pasó hija, por qué te enojaste con tu hermano. Es que me quitó las princesas. A ver hijo, por qué se las quitaste. Es que también quiero ver mi programa. Entonces vamos a llegar a un acuerdo. Lunes y miércoles, te toca ver las princesas y martes y jueves a ti te toca ver tu programa. Capaz que si me dices tranquilo que quieres ver tu programa, te deje verlo en un día que no te toca en mi cuarto, pero no tienes que venir a ser abusivo con tu hermana. Lo importante es que no los mandes al rincón sin una resolución”, explica.

Es un método humillante

Alejandra Velasco indica que el hecho de que no se resuelve de fondo el conflicto no es el único punto negativo del tiempo fuera, sino que tiene otras consecuencias que podrían dañar a nuestros hijos.

“Estoy en contra del tiempo fuera porque, además de que no resuelves nada, avergüenza, humilla, lastima, quita el amor y aleja al niño a otro lugar. ¿Cómo se sienten los niños? Con aislamiento y abandono. Acuérdate que la conducta y el amor no van de la mano.

“Esas señoras que rechazan el abrazo como castigo porque el niño se portó mal, están cometiendo un error. A ver, te está abrazando, te está diciendo ‘te quiero, lo que hice sé que está mal, pero te quiero’. Y la otra, ‘vete para allá’. Con el rechazo, aparece la inseguridad, la ansiedad, la confusión y la baja autoestima. Si estás tratando a tu hijo así, lo estás pisoteando”.

El time out en la escuela tampoco es recomendable

Para Velasco, las escuelas que aplican el tiempo fuera con sus alumnos, también se equivocan.

“Me decía una maestra, ‘es que a mí me resulta bien’, pero yo no estoy de acuerdo con eso porque, si tú mandas a la silla a un alumno, lo humillas y siente vergüenza. Más si estás en un salón de clase. Imagínate, decirle en frente de todos los compañeros. ‘¡Vete al rincón!’. ¿Y qué hacen los veinte niños más? Pues empiezan a decirle: ‘¡uuhhh!’ Y algunos a burlarse”.

Pero eso no es todo, aplicar el tiempo fuera de la noche a la mañana, solo porque lo vieron en un programa de televisión o porque alguien lo recomendó, carece de sentido y no tiene el mínimo impacto.

“Si toda la vida la mamá nunca ha manejado el tiempo fuera, y de repente lo quiere aplicar y le dice a su hijo, ‘a la silla, tiempo fuera’. El niño simplemente va a decir, ‘no me voy, por qué’. Y ahí tienes a la mamá tratando de llevarlo al rincón a la fuerza y el niño llorando. Y remata: ‘un minuto, si te vuelves a parar van cinco minutos más’. Yo le digo a esas mamás. ¿Qué no tienes herramientas de disciplina?. Perdón, pero no funciona así”, finaliza la experta.

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