Test del árbol para conocer la personalidad de los niños

A través de los dibujos los niños comunican de forma consciente e inconsciente emociones, sentimientos y la percepción que tienen de sí mismos. En los trazos se refleja la personalidad, el carácter, los anhelos, preocupaciones e incluso los miedos que tienen, por lo que una herramienta como el test del árbol resulta muy útil en pedagogía y psicología infantil. ¡Es muy interesante!

Un poco de su origen

El primero en utilizar el test del árbol fue Emil Jucker, un consejero suizo que se dedicaba a asesorar a niños y adolescentes. Luego fue adoptado por varios psicólogos y grafólogos como Karl Koch, quien en 1957 lo propuso como un método clínico para abordar conflictos expresivos y de personalidad. Otros médicos como R. Stora y M. Passi también lo implementaron con excelentes resultados. 

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En qué consiste el test del árbol

Puede aplicarse tanto a niños como a adultos desde los cinco años. La edad es importante porque, para que un test sea fiable, el niño debe tener las habilidades básicas del dibujo. Un niño de tres o cuatro años no suele plasmar detalles y es común que sus trazos sean desproporcionados, lo que tiene que ver más con su inmadurez en la percepción de la realidad que con su personalidad. 

Cómo se aplica

Da al niño una hoja en blanco, un lápiz y un borrador. Pídele que dibuje tres árboles del tipo que quiera, pero tienen que ser reales. Asegúrate de que esté cómodo y que no tenga a la vista ningún árbol que influya en su dibujo. 

Entrega la hoja en posición horizontal. Presta atención si cambia de posición porque eso habla de su poca adaptabilidad y su criterio independiente. 

No olvides mencionar que el dibujo debe ser espontáneo, no necesita ser algo muy elaborado. Después de que realizó el primer árbol, pide que haga otros dos, a su gusto, pero que sean también reales. 

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Interpretación

El primer árbol representa la vida interior de quien lo dibujó: sus traumas, recuerdos y forma de relacionarse. El segundo es la familia y el tercero el mundo exterior. 

Elementos de análisis

Tronco

Es el elemento que más se identifica con la percepción que el niño tiene sobre sí mismo. Es el “Yo”, su seguridad y la confianza con la que asume los retos del exterior.  Troncos débiles estrechos o irregulares muestran un carácter que se deja influir por otros.

La anchura del tronco permite conocer aspectos de su personalidad. 

Tronco delgado: Son personas sensibles o vulnerables a las tensiones externas. Tienden a razonar sus sentimientos. 

Tronco ancho: Son impulsivas y se guían más por el instinto que por la razón. 

Tronco “normal”, ni ancho ni delgado: Son personas que tienen equilibrio emocional. 

Ramas y copa

La parte superior del árbol conforma las ramas y la copa. Debe ser visto como un todo que simboliza la calidad e intensidad de las relaciones que tiene el niño con el mundo. 

El trazo de las ramas nos habla de sus relaciones interpersonales. Si no hay ramas, pero sí follaje se suele interpretar como que no le gusta ser espontáneo en su relación con los demás, más bien le gusta pensar y planificar.

Las ramas hacia arriba se asocian con optimismo. Cuando se proyectan hacia el cielo muestran ganas de crecer y de interactuar con el mundo. Si terminan en punta o con dientes de sierra pueden señalar impulsividad o agresividad. 

Las ramas hacia abajo muestran un estado emocional decaído, pesimista y de desamparo. Cuando tienen detalle (por ejemplo como un sauce llorón), se asocian con personas muy sensibles con tendencia a la tristeza. 

Ramas ascendentes y descendentes simultáneamente: Son personas inestables y sumisas. Si se cruzan con predominio de formas angulosas son impulsivas, con tendencia a criticar a los demás y con baja tolerancia a la frustración. 

Si la copa es pequeña en relación al árbol, con frecuencia se relaciona con timidez e introversión. 

Si la copa es grande es símbolo de extroversión, de imaginación y de interés para relacionarse con el mundo. Si es demasiado grande habla de difícil control de la fantasía, narcisismo, exhibicionismo y vanidad. Una copa proporcionada indica equilibrio, realismo y reflexividad. Trazos ondulados y suaves en la copa habla de adaptabilidad, paciencia, comprensión y gusto por las actividades tranquilas. Si la copa aparece aplastada nos habla de sentimiento de estrés hacia la presión del mundo exterior. 

Raíz y suelo

Es el inconsciente y su significado suele ser el de estabilidad. Si está presente habla de criterio de realidad y si está ausente indica desarraigo, inseguridad y falta de apoyo. Si además del suelo incluye pasto o jardín puede referirse a un conflicto interno que le produce incomodidad. 

Muchas raíces habla de un apego positivo con su madre o familia.Raíces deformes o desproporcionadas indican búsqueda de estabilidad y curiosidad por lo oculto. La carencia de raíces puede ser síntoma de falta de seguridad. 

Otros elementos de interpretación

La distancia entre los árboles habla del apego o la cercanía entre ellos.

La posición y tamaño de los dibujos también deben ser considerados. En el centro indica un niño con personalidad fuerte, en las esquinas o de tamaño pequeño nos muestra timidez.

Si bien el test del árbol es muy interesante, pero los pedagogos y psicólogos siempre lo acompañan con otras herramientas. Este ejercicio no puede ser interpretado como algo absoluto, sino que debe ser valorado con otras pruebas. 

Hay que tener en cuenta que todos los seres humanos, especialmente los niños, cambian. El mismo ejercicio puede variar completamente con algunos meses de distancia. Depende mucho del momento emocional que esté atravesando el niño. 

Este y otros test son tan solo una guía. Si notas algo llamativo, acude con un pedagogo o psicólogo para evaluar a tu hijo. Recuerda siempre que quien tiene la última palabra es el experto.

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