Detecta a tiempo las alergias alimentarias en tus pequeños

¿Tener alergias alimentarias es algo común? Responder a esto no es sencillo, porque hay personas a las que nada les afecta. Pueden ir de bocado en bocado sin preocuparse por alguna reacción, pero para quienes las padecen, comer puede volverse aterrador.

Según cifras del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), al menos 25% de los mexicanos padecen algún tipo de alergia, incluida la alimentaria. En el caso de esta última, la prevalencia es de 4.2% en menores de 3 a 5 años.

Para las mamás y papás de bebés, particularmente para los primerizos, no es sencillo identificar lo que es normal, por ello es importante conocer lo básico de las alergias y su origen para poder detectarlas y atenderlas a tiempo.

En México una de cada 10 personas puede desarrollar una alergia alimentaria en algún momento de su vida, en el caso de los niños el porcentaje se duplica ya que hasta un 22% de los infantes puede padecerla.

Secretaría de Salud

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El ABC de las alergias

El sistema inmune tiene la función de protegernos de agentes dañinos, como virus y bacterias, pero en ocasiones también reacciona de una forma exagerada ante otros elementos.

Estos, aunque no son dañinos, el sistema inmune los considera extraños y, al detectarlos, los “ataca”. El Rady Childre’s Hospital San Diego explica que esto se manifiesta como urticarias o erupciones en la piel, lagrimeo, picazón en la boca, hinchazón de algunas partes del cuerpo, silbido en el pecho y, en casos más graves, con dificultad para respirar.

Esta reacción es la que se conoce como alergia. Pero, ¿qué es lo que la desencadena en los bebés? El doctor Édgar Rojas Segura, Coordinador de Programas Médicos de la División de Hospitales, del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) indica que “los factores ambientales como la dieta, tipo de parto, exposición al humo de tabaco y microorganismo, intervienen en el desarrollo intrauterino y en las primeras etapas de la vida y provocan cambios genéticos que influyen en el equilibrio y aumentan o disminuyen el riesgo alérgico”.

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Se puede ser alérgico a cualquier alimento, pero son ocho los que causan la mayoría de las reacciones alérgicas:

  • Leche
  • Huevo
  • Cacahuetes
  • Frutos secos (como las nueces)
  • Trigo
  • Soya
  • Pescado
  • Mariscos

La Clínica Mayo señala que si los padres y/o hermanos tienen algún tipo de alergia, es más probable que el bebé, la presente. Y si el bebé ya presentó síntomas de reacción a un alimento, puede tener mayor riesgo de presentar reacción a otro.

Los síntomas pueden incluir:

  • Sibilancias
  • Dificultad para respirar
  • Tos
  • Ronquera
  • Opresión de garganta
  • Dolor de vientre
  • Vómito
  • Diarrea
  • Ojos hinchados, llorosos o con picazón
  • Urticaria
  • Puntos rojos
  • Hinchazón
  • Presión arterial baja
  • Desmayos

Las reacciones pueden:

  • Ser muy leves y solo afectar una parte del cuerpo, por ejemplo, con urticaria en la piel.
  • Tener una gran severidad e involucrar a más de una parte del cuerpo.
  • Aparecer en pocos minutos o hasta dos horas después del contacto con los alimentos.

Y afectar cualquiera de estas cuatro áreas del cuerpo:

  • Piel
  • Tracto gastrointestinal
  • Sistema respiratorio
  • Sistema cardiovascular

Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la lactancia materna, durante los primeros seis meses de vida como único alimento, reduce hasta en un 81% el riesgo de padecer una alergia alimentaria.

Protección desde el vientre

“Un embarazo sano y en constante supervisión médica, tener cuidados precisos durante las primeras etapas de la vida del bebé y evitar la automedicación, son una ventana de oportunidad para prevenir alergias alimentarias”, enfatiza el doctor Édgar Rojas Segura.

Existen factores que podrían ayudar a fortalecer y “educar” al sistema inmune. Uno de ellos es al momento de nacer. Durante el parto natural, el bebé atraviesa el canal vaginal de la madre y en ese pasaje adquieren microbios intestinales beneficiosos. Según el estudio “Parto por cesárea y riesgo de trastornos alérgicos en la infancia”, publicado por el Centro Nacional de Información Biotecnológica, de Estados Unidos, esos microorganismos comienzan a colonizar su piel, mucosas y aparato digestivo y juegan un rol fundamental para el entrenamiento y fortalecimiento de su sistema inmunológico.

En casos en los que no se logre dar lactancia materna exclusiva, existen productos que ayudan a cubrir los requerimientos de la dieta de bebés, niñas y niños con alergia a la proteína de leche de vaca y otras alergias alimentarias.

Si en algún momento existe la sospecha de la presencia de alguna clase de alergia, lo ideal es visitar al pediatra, para encontrar en conjunto alguna alternativa que mejore sus síntomas, pero sobre todo su calidad de vida.

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