Los niños también presentan fatiga visual

Por Nayeli Rueda

Debido a la pandemia, niñas y niños ahora pasan muchas horas frente a un dispositivo electrónico: entre clases virtuales, tareas en línea, ocio en Internet y videojuegos. Y estar frente a una pantalla por largo tiempo, sin tomar medidas de higiene visual, puede provocar fatiga ocular.

Es probable que tu niño te diga que siente ardor en los ojos, o bien, que observes que se los está tallando constantemente debido al cansancio visual o astenopia, que se produce cuando hay un esfuerzo o sobrecarga del trabajo de los ojos, explica Cecilia Islas Vargas, jefa de la Clínica de Optometría de la Facultad de Estudios Superiores Iztacala (Fes Iztacala).

Asimismo, un niño con fatiga visual o Síndrome Visual Digital, también puede quejarse de:

  • Dolor de cabeza.
  • Dolor de hombros y cuello.
  • Visión borrosa.
  • Enrojecimiento y resequedad de ojos.

La optometrista menciona que, entre los factores que desencadenan la fatiga visual, están:

  • El brillo excesivo de la computadora.
  • Una postura inadecuada.
  • Espacios e instrumentos no ergonómicos, es decir, que no están adaptados a las necesidades fisiológicas del usuario.

Exponerse a un dispositivo electrónico implica parpadear menos, lo cual tiene consecuencias, pues “el parpadeo se reduce a cinco veces por minuto, cuando debe ser de 16 veces por minuto. Esto provoca resequedad en el ojo”, apunta Islas Vargas, maestra en Administración de Hospitales y Salud Pública.

Actualmente, el tiempo que pasan los niños frente a los dispositivos electrónicos se incrementó en un 50 por ciento debido al confinamiento. Esto significa que los niños entre seis y 12 años de edad están frente a una pantalla más de siete horas.

Observatorio de Innovación Educativa del Tecnológico de Monterrey.

Hábitos de higiene contra la fatiga visual

Ahora que nuestra vida y la de nuestros hijos e hijas se ha trasladado a lo digital, es importante establecer algunas medidas para prevenir problemas en los ojos incluida la fatiga ocular.

  • Al pasar horas frente a una pantalla, hay que realizar pausas activas y ejercicios visuales. Por ejemplo, aplicar la regla 20-20-20, que consiste en hacer descansos cada 20 minutos, alejando la vista de la pantalla y mirando un objeto que esté a 20 pies (6 metros), durante 20 segundos como mínimo.
  • Pestañear continuamente.
  • Disminuir el brillo del dispositivo electrónico.
  • Evitar mirar la televisión y otro tipo de pantallas con la luz apagada.
  • Mantener una buena postura al estar frente a la computadora. De preferencia que sea en un espacio iluminado con luz natural.
  • Levantarse, estirar brazos y mover el cuello cada hora.
  • Evitar que la luz de la lámpara de escritorio se dirija directo hacia la computadora (provoca doble reflejo).
  • Colocarse a 61 centímetros de distancia de la computadora y 30.5 centímetros de los teléfonos móviles o tabletas.

Te recomendamos: Así puedes limitar el tiempo de tus hijos frente a las pantallas.

¿Y qué hay de la luz azul?

Si bien la exposición excesiva a luz ultravioleta del sol aumenta el riesgo de enfermedades oculares, no se ha comprobado que la luz azul de las pantallas provoque daños, debido a que no es tan intensa como la que proviene del sol, según la Academia Americana de Oftalmología.

Utilizar gafas anti reflejantes para pantallas y reducción de deslumbramiento es una opción de la que puedes echar mano si tus hijos van a utilizar un dispositivo electrónico por mucho tiempo.

Cecilia Islas Vargas aconseja configurar el filtro de luz azul de algunos aparatos: “lo que sí está comprobado por estudios científicos es que esta luz puede provocar insomnio, ya que se altera el ciclo circadiano”. Al estimular los fotoreceptores de la retina y la vía retino-cortical, se provoca una disminución de la hormona del sueño.

Si tu niño o niña se queja de dolor en los ojos o comezón, si tiene enrojecimiento ocular que no desaparece o algún otro malestar, es importante que lo lleves con un especialista para descartar algún otro problema.

“Al nacer se debe hacer un tamizaje visual. Al mes se hace otra revisión. Luego, a los seis meses. Y a partir de aquí, cada seis meses. No debemos esperar a que el niño entre a la escuela para llevarlo con el especialista”.

Cecilia Islas Vargas, jefa de la Clínica de Optometría de la Facultad de Estudios Superiores Iztacala.