Yoga para calmar la mente y promover hábitos saludables

En la práctica de yoga con niños y niñas no se busca la perfección en las posturas, sino que se diviertan y muevan su cuerpo. Se trabaja la flexibilidad, el equilibrio y la coordinación, pero también la mente, que a su vez ayuda a la concentración. En realidad, las niñas y los niños son los maestros.

Al ejercitar esta disciplina desde edad temprana, los pequeños potenciarán su capacidad innata de asombrarse y de valorar lo que les rodea, así como de mantener viva su curiosidad en todas las etapas de su vida, señala la maestra Patricia Andrade, fundadora de Vedana Yoga.

Sugiere comenzar a practicar yoga a partir de los tres años de edad. Cualquier niña o niño podría hacerlo, incluso aquellos con alguna condición o discapacidad, pues esto no es una limitante. “Cuando los niños se vuelven conscientes de su respiración, aprenden a cuidar su cuerpo, su mente y sus emociones”, asegura Andrade.

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El yoga fue inscrito en 2016 por la UNESCO en la Lista del Patrimonio Cultural Inmaterial, porque la filosofía de esta práctica ha influido en numerosos aspectos de la sociedad, que van desde la salud y la medicina, hasta la educación y las artes. Esta disciplina representa la unión de la mente con el cuerpo y el alma para mejorar el bienestar mental, espiritual y físico.

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Calmar la mente de los peques

Hay estudios de yoga y niños con autismo que han encontrado que esta práctica los tranquiliza, refiere nuestra experta con más de 10 años de experiencia: “los mantras (cantos) ayudan a que se relajen, y la música suave y repetitiva hace que no se distraiga la mente”.

En esta práctica que requiere de trabajo físico, los niños gastan energía, y eso les permite canalizar el enojo o la ira, manejar el estrés y la frustración, y lograrán estar en contacto con sus emociones y externarlas de una manera más constructiva.

A través de la respiración, se busca que los niños reconozcan sus emociones: enojo, tristeza, alegría, pues al respirar mejor “vamos a poder cambiar nuestro estado de ánimo. Calmar la mente y liberarnos del estrés”, añade Andrade.

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El yoga promueve hábitos saludables, por lo que poco a poco se logra comer y dormir mejor, tener una buena digestión, además de fortalecernos mental y físicamente para afrontar el estrés.

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¿Dónde practicar yoga?

Esta actividad se puede realizar en casa o en el parque. El único requisito es procurar un espacio en donde tus hijos puedan estar en silencio y sin distractores e interrupciones, así como evitar que la televisión o el radio se encuentren encendidos.

Por lo regular, las clases de yoga para pequeños duran entre 30 y 45 minutos. No se dicen los nombres formales de las posturas, sino que se habla de la postura de la rana, del árbol, de la cobra, del león, etcétera: “se trata de irlos introduciendo con su entorno y enseñarlos a que lo respeten y sean empáticos; que sean compasivos con los animales y con las plantas”, agrega Patricia Andrade.

Múltiples beneficios

A diferencia de los deportes de competencia, el yoga es una actividad en la que los niños tendrán desafíos, pero con ellos mismos. En cada clase lograrán nuevas metas y aprenderán a conectarse con su interior, a ser pacientes y perseverantes.

Poco a poco, al lograr las posturas, niñas y niños aprenderán a conocerse ellos mismos y a mejorar su autoestima y su confianza. “Necesitamos más personas conectadas, conscientes y compasivas. Y en eso nos ayuda el yoga”.