Un padre que cuida a su bebé no “ayuda” ejerce su paternidad

Un padre que cuida a su bebé: que lo cambia, lo arrulla, le da de comer, le cuenta un cuento por las noches o le da un beso en la frente cada día antes de dormir, ese padre no está “ayudando” a mamá, él está ejerciendo de forma responsable el papel más maravilloso, la paternidad.

En México tenemos una cultura patriarcal muy arraigada y todavía caemos en la trampa de creer que el hombre “ayuda” en las tareas de la casa. Seguimos escuchando una y otra vez frases como: “yo le ayudo a mi mujer con los hijos”. Incluso de las propias mujeres: “mi pareja me ayuda a bañar a mi bebé”. ¿Te das cuenta del error?

La importancia de la crianza compartida

Grace González, parenting coach, psicóloga, creadora de Escuela para padres y vocera de Nestlé, explica: “La paternidad compartida o crianza compartida, como su nombre lo dice, es cuando ambos padres son responsables y encargados de cuidar y criar a los hijos”.

De acuerdo con la experta, hasta hace muy poco, la crianza de los hijos correspondía solamente a mamá. “Papá se encargaba de trabajar y llevar el sustento; mamá se queda en casa al cuidado los hijos.

“Ahora mamá también se ha convertido en proveedora. Sale, trabaja, ve la casa, ve a los hijos y papá está dándose cuenta de todo esto que está haciendo la pareja sola y que necesita trabajar en equipo. Entonces, cada vez más, el hombre está siendo consciente de que no está ayudando, vino a ejercer su paternidad”.

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La figura del padre es tan relevante como la de la madre

Criar es sinónimo de instruir, dirigir y educar. Es encaminar y perfeccionar las facultades morales e intelectuales de un niño, es enseñar buenos usos de urbanidad y cortesía. Es estar presente, amar, cuidar y responsabilizarse de los hijos

En la crianza es tan importante la figura de la madre como la del padre. Ambos son figuras de apoyo y seguridad.

De acuerdo con el libro El rol del padre en el desarrollo del niño, los pequeños que sienten que sus necesidades fisiológicas o afectivas están cubiertas también por su padre tienen mas espacios de aprendizaje, lo que se traduce en un desarrollo cognitivo mejor.

“Son niños más seguros, asertivos, que manejan mejor sus emociones y tienen mejores relaciones sociales. Los padres promueven en los hijos la capacidad de explorar y asumir retos”, indica Michael Lamb, profesor de psicología de las ciencias sociales, en la Universidad de Cambridge, Reino Unido y autor del libro.

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El hombre también experimenta cambios en la paternidad

Siempre se ha remarcado el hecho de que el cerebro de las mamás experimenta cambios con la llegada de los bebés gracias al incremento de oxcitocina, conocida como la hormona del amor. Sin embargo, ¡también en papá ocurren cambios!

Un estudio del Centro de Ciencias del Cerebro Gonda, de la Universidad de Bar-llan, reveló que cuando un hombre ejerce un papel primario en el cuidado de los niños desde recién nacidos, experimenta el mismo cambio neuronal que la mujer.

El nivel de oxcitocina segregado por el progenitor es tan grande como el de la madre, demostrando que el padre puede establecer un vínculo afectivo y emocional al mismo nivel: “Para los hijos es igual de importante que papá juegue con ellos, como igual de importante que mamá esté con ellos. Formar vínculos de apego con tus hijos sobre todo cuando son pequeños hará que tus hijos crezcan seguros”, dice Grace González.

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Paternidades tradicionalistas en México

En nuestro país está empezado a darse el giro hacia una crianza compartida, pero todavía falta un largo camino.

“Tristemente en nuestro país, por tener creencias tradicionales, no es algo que tengamos tan fortalecido. Nos encontramos a la par de países como Nigeria y Arabia Saudita. Sin embargo, hoy en día los papás mexicanos se están involucrando cada vez más desde que nacen los hijos: cambiando pañales, alimentando al bebé, despertando en la madrugada para atenderlo”, añade la experta en parenting.

Y es que la cultura patriarcal en México se manifiesta en micromachismos, desde la maestra de la escuela que se dirige únicamente a la mamá para abordar situaciones con los niños, hasta la propia madre que no le permite al hombre que se involucre:

“Es importante que las madres también reflexionemos si en verdad estamos dando la oportunidad al papá de que nos acompañe durante la crianza. Si al papá le doy indicaciones todo el tiempo de lo que tiene que hacer o le permito que lo vaya haciendo y descubriendo al mismo tiempo que yo”, agrega González.

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Las responsabilidades de ser padre o madre

Laura Evelia Torres Velázquez, catedrática de la Universidad Nacional Autónoma de México y autora del artículo Responsabilidades en la crianza de los hijos, indica que las responsabilidades del padre y la madre son las mismas.

  • Formar: Considerar que se está formando a una nueva persona.
  • Amar: Los padres deben satisfacer esa necesidad en sus hijos y enseñarles también a amar, no en cuanto a sentimiento, sino como acción, para que sean capaces de dar y recibirla.
  • Disciplinar: Acorde con la edad y la falta. NO es golpear, maltratar, descargar la ira y el enojo del padre. La disciplina no consiste en destruir a una persona sino en formarla.
  • Dar seguridad: Que vivan en un ambiente de tranquilidad y paz les permitirá ser personas seguras, con buena autoestima y relaciones sanas a futuro.
  • Estar presentes: La amenaza de las madres y los padres de hoy es la distancia por el trabajo, pero ello se compensa con tiempo de calidad.
  • Dar identidad: Vital para sobrevivencia emocional y conductual de cada persona es saber quién es, cuál es su origen y su papel en la sociedad. Los padres también ayudamos en esto.

Como ves, el trabajo es arduo, pero entre los dos podemos lograr nuestro objetivo como papás que es guiar a nuestros niños.

“Cuando tienes un pastel repartido entre dos, va a ser menos lo que te toque comer. Es decir, si nos tocan las tareas de crianza entre papá y mamá será mucho menos y no se recarga solo hacia una persona. Tenemos que hablar en conjunto ambos padres y tomar las decisiones. Elegir, por ejemplo, la escuela a la que los vamos a mandar, lo que puede o no comer, le permitimos o no le permitimos que salga. Hay cosas intrascendentes, como dejarlo ver 10 minutos más la tele, que podemos tomar sin consultar al otro, pero las cosas importantes, aquellas que impacten en la vida, en esas hay que hacer un alto y discutirlo entre ambos progenitores”, explica González

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