Nanas virtuales: cuidar de niños y niñas vía remota

Por Nayeli Rueda

Son las dos de la tarde. Tus hijos terminan sus clases virtuales. Haces una pausa para preparar de comer. Abres el refrigerador: urge hacer la despensa en línea. Tu niña toma jugo y se ensucia: necesitas poner una carga en la lavadora. En eso, recibes varios mensajes por WhatsApp, que indican que en una hora tendrás junta con tu jefe por Zoom, sin olvidar que también se aproxima el momento de apoyar con las tareas: las niñas y niños asisten a clases en línea y los padres siguen trabajando vía remota.

Debido a que las guarderías y las escuelas permanecen cerradas, en México y en otros lugares del mundo han comenzado a proliferar los servicios de “nanas virtuales”. Carolina, mamá de una niña y un niño de cuatro y dos años de edad, respectivamente, decidió contratar a una cuidadora virtual: “a veces tengo que estar en juntas por Zoom, que duran más de una hora, y necesito que mis hijos no peleen y estén en silencio”, confiesa.

Esta madre de familia reconoce que no le agrada que sus hijos pasen muchas horas frente a la pantalla, pero es una opción “en tiempos tan complicados y estresantes”. El entretenimiento en línea, pero dirigido por un adulto, puede ser una alternativa para evitar que los peques naveguen por Internet en páginas poco seguras o estén jugando videojuegos por horas.

La sobrecarga de trabajo no es el único motivo por el cual mamás y papás contratan una nanny vía remota, algunos lo hacen porque no inscribieron a sus hijos a la escuela, son mamás o papás solteros, trabajan en sectores vitales, etcétera.

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Entretenimiento virtual: un reto

Las niñas y niños tampoco la están pasando nada bien y pueden estar sufriendo estrés “tolerable” por el aislamiento. De acuerdo con UNICEF, interrumpir las rutinas de los menores de seis años les puede generar estrés. Sin embargo, los apapachos, juegos y distracciones ayudan a bajar los niveles de cortisol, la hormona que al incrementarse genera estrés.

El juego en línea no va a sustituir la interacción personal, pero puede beneficiar a los niños y a los papás ante la situación que está viviendo el mundo entero. No obstante, los padres no se deben olvidar de dedicar tiempo especial a cada uno de sus hijos.

Los servicios de nanas virtuales se apoyan de plataformas en línea que ofrecen recursos didácticos para interactuar con los niños y hacen uso de aplicaciones de videollamada como Skype, Facetime, Zoom o WhatsApp.

La recomendación de la Academia Americana de Pediatría es que, incluso con toda la familia junta en la casa, las 24 horas, los siete días de la semana, los padres apaguen los celulares o los pongan en silencio para estar con cada uno de sus hijos cocinando, leyendo o jugando: 10 o 20 minutos de atención exclusiva, aunque solo sea de vez en cuando, significa mucho para ellos.

Las nanas virtuales, al igual que las tradicionales, van a cuidar de tus hijos, pero vía remota. Los padres tienen que tomar algunas consideraciones, por ejemplo, que en casa siempre debe haber un adulto, pues una nana en línea no podrá alimentarlos o proporcionarles ayuda en caso de una emergencia, señala Babysits, una plataforma online que conecta a familias con niñeras.

Actividades lúdicas y educativas

Con la pandemia, las nanas han tenido que adaptarse a las diferentes necesidades de cada familia y, además de ofrecer el servicio presencial, se han reinventado para cuidar a los pequeños en línea, señala Lucero Álvarez, de Lovely Nanny, un club de niñeras.

Todos los niños son diferentes, algunos no pueden permanecer mucho tiempo frente a una computadora. En esos casos, tenemos que adecuarnos a las necesidades del pequeño, indagar qué le gusta.

Lucero Álvarez de lovely-nanny.com

Una niñera en línea puede apoyar a los niños con sus tareas escolares pero, sobre todo, “realiza con ellos actividades lúdicas y educativas para que se entretengan y diviertan, mientras sus papás hacen home office”.

A distancia, los niños pueden tomar clases de yoga, cocina, hacer manualidades, dibujar, jugar “trivia”, “pictionary” o “basta”, así como escuchar un cuento o crear una historia.